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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Bancos y empresas de Estados Unidos se preparan para lo que ven como inevitable y ya hablan del "Grexit".-

Luego de varios meses en los que los mercados subieron por un optimismo que para muchos fue excesivo, todo parece indicar que Grecia comienza a transitar otra vez sobre el precipicio. Muchas compañías toman nota del problema y prefieren curarse en salud. La presión de la troika para un nuevo ajuste.-


Otra vez se encienden todas las alarmas sobre lo que puede ocurrir en la Eurozona y nuevamente el centro de la escena está en Grecia, cuyo gobierno enfrenta días cruciales.
En este punto, todo parece indicar que lo que ocurrió recientemente en los mercados pronto pasará al olvido.
Es que el alentador rally ascendente que se registró en varias de las bolsas europeas no fue otra cosa que un exceso de optimismo de parte de los inversores sobre la posible solución de la crisis. Pero este estado de ánimo para muchos analistas fue demasiado lejos, tanto que para The New York Times, luce como exagerado.
Pero no sólo genera ruido lo que pueda suceder en lo inmediato, sino también cómo puede continuar esta situación en el mediano plazo.
El primer punto comenzará a dilucidarse esta misma semana, luego que arriben a Atenas los representantes de la llamada troika (FMI, BCE y Bruselas) para evaluar si los avances reformistas del país justifican o no la entrega de más fondos del segundo rescate para que pueda hacer frente a todos sus pagos.
En cuanto al segundo aspecto, las noticias son poco alentadoras. En tal sentido, los malos augurios provienen del otro lado del Atlántico, ya que los grandes bancos y firmas estadounidenses han decidido curarse en salud.
Tal decisión surge de considerar que, finalmente, Grecia no conseguirá cumplir con sus compromisos, ante lo cual se vería obligado a abandonar el euro, creando grandes turbulencias en los mercados globales.
Es, precisamente, ese riesgo al "contagio" el mayor miedo para los inversores y también para el resto de los países de la Eurozona.
Es por eso que los banqueros estadounidenses comenzaron a hablar de un inminente "Grexit", un neologismo conformado por las palabras Grecia y Exit, cuya traducción es obvia: la salida de Grecia.
¿Cuándo y cómo se produciría el adiós?
Las apuestas están abiertas. Eso sí, cada vez son más las firmas de consultoría que coinciden en señalar que en caso de producirse, la salida de Grecia llegará un viernes por la noche, cuando los mercados estén cerrados.
Y, lo más probable, es que no sorprenda a casi nadie: cada vez más compañías preparan planes por lo que pueda ocurrir.
A pesar de que el país helénico trata desesperadamente de evitar el default de su deuda, cada vezmás firmas estadounidenses se preparan para lo que antes era impensable, según The New York Times.
"Una gran mayoría se está preparando para esta situación", indica Paul Dennis, de la consultora privada Corporate Executive Board.
Según una encuesta, un 80% de los clientes e inversores de la entidad pronosticaba que Grecia abandonaría la Eurozona.
"Hace uno meses era impensable. Ahora ya no lo es", asegura Heiner Lesten, socio del Boston Consulting Group.
Tanto la firma de Leisten como otro de los grandes estudios mundiales, PricewaterhouseCoopers (PwC), coinciden incluso en el momento en el que podría anunciarse la retirada del país heleno.
Para ser más precisos, los analistas prevén que ello podría suceder, como máximo, en lospróximos tres meses, un viernes por la noche, aprovechando el cierre del mercado y el posterior descanso bursátil del fin de semana.
Peter Frank, de PWC, transmite la preocupación de muchas empresas. Y es la de cómo actuar.
"Los planes de contingencia se centran en tres escenarios posibles: la salida de Grecia, elabandono de más de un país, o la ruptura de la Eurozona en su conjunto", señalan desde Bank of América Merrill Lynch.
La lista de empresas que ya están organizadas por si Grecia deja el euro es muy larga.
Entre las que prefieren "prevenir que curar" está Bank of America, que ha preparado en la frontera del país heleno una reserva propia con dinero por si la falta de liquidez en el país que impida que sus clientes puedan pagar a los empleados y proveedores.
JP Morgan no quiere correr tampoco ningún riesgo. Por eso ha creado nuevas cuentas para los principales clientes estadounidenses, adaptadas para la vuelta del antiguo signo monetario de ese país a otra divisa distinta del euro.
Por el lado de las tarjetas de crédito, Visa afirma también que sería capaz de hacer "una rápida transacción a una nueva moneda con la mínima molestia a los consumidores".
Las previsiones también forman parte del mundo de la industria. Ford, por su parte, haconfigurado su sistema informático para poder responder inmediatamente a una moneda nueva si reflotara el dracma o una divisa equivalente.
Estos ejemplos no son casos aislados ni únicos, pues otras compañías evalúan en forma permanente el momento justo en el que se produciría la salida.
Y precisamente el Financial Times publicó un sondeo en el que refleja que casi la mitad de los alemanes no cree que Grecia vaya a ser capaz de reformar lo suficiente su economía para despojarse de la necesidad de ayuda internacional.
Las consecuencias
Las firmas de consultoría ya están asesorando a sus clientes sobre cómo prepararse para la eventual fragmentación de la zona euro.
Las consecuencias son inimaginables, e incluirían el cierre de bancos, así como del mercado de valores y de muchas instituciones financieras.
Además, podrían establecerse controles de capital inmediatos que hagan difícil mover el dinero tanto dentro como fuera del país.
Los propios gobiernos de la Eurozona, entre ellos Finlandia y Alemania, han reconocido que también trabajan en planes sobre las repercusiones que tendría la salida helénica.
No obstante, los líderes políticos insisten en que la crisis es manejable y que la unión monetaria puede mantenerse.
Por el momento, el mercado está pendiente de las medidas que podría anunciar este jueves el Banco Central Europeo (BCE) para relajar las tensiones.

¿Es posible un nuevo ajuste?
Representantes de Bruselas, el BCE y el FMI, conocidos como troika, han pedido al Gobierno griego que flexibilice las relaciones laborales con diversas reglamentaciones, entre ellasaumentar la semana de trabajo de cinco a seis días.

La información tomó estado público a partir de lo publicado por un diario de ese país, y luego fue confirmada por una fuente oficial, aunque no quiso revelar los detalles de su contenido.

Entre las propuestas más polémicas, además de la señalada, se encuentra la de reducir el descanso mínimo entre turnos de trabajo a once horas, además de eliminar las restricciones a los cambios de turno de mañana y de tarde, según las necesidades del empresario.

También la Unión Europea exige bajar a la mitad la indemnización por despido y el plazo del que dispone el empresario para notificar al trabajo su rescisión de contrato.

Asimismo pretende que se disminuya la contribución al Fondo de la Seguridad Social que pagan las empresas por cada empleado, a pesar del empeoramiento de la recaudación del Estado en este sentido.

Cabe recordar que la tasa de desempleo en Grecia se sitúa en el 23% (55% son menores de 25 años) y el poder adquisitivo de los asalariados ha caído a niveles de hace tres décadas, según cálculos de los sindicatos de ese país.

Fuente: iProfesional.com

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